Y esperas todo
Y te aburres de esperar...
una llamada, una voz, una mirada, una sonrisa, un abrazo, y todas esas cosas imposibles que tu piensas eres capaz de hacer, pero que sabes que jamás serán devueltas. Entonces das, te quitan un pedazo y no te lo devuelven. Y así a tu corazón le van faltando partes.
El primer día que te fuiste, unos pocos llegaron, el resto se excuso, para variar.
Y sigues esperando. Te da rabia. Tú vives por ayudar, y la gente se queja de que el mundo es individualista, que no existe el compañerismo, que uno da y pocos devuelven. Es como la "campaña de reciprocidad bloguera".
Sí, es cierto, hay que dar hasta que duela, pero a veces uno necesita más para poder vivir, las cosas no pueden ser siempre en vano.
Abre bien los ojos, sientes que has dado mucho, y que darías lo imposible, quizás ellos (as) no han hecho ni jamás serán capaces de dar lo mismo, pero hacen un intento, han aguantado berrinches tuyos sin quejarse. Sin embargo, eso no es lo que buscabas. Querías sentirte dentro, acompañada, querida, que no fueras siempre tú la primera en comunicarte.
La única esperanza sigue ahí, hace años, antes de que supieras y entendieras en toda su dimensión lo que significaba familia, amor, hermanos, y amistad, la llamaste amiga(o), incluso le pusiste el adjetivo de mejor. Y esa persona sigue ahí, porque quiere seguir teniendo ese título. El que tu le pusiste y ella te lo dio en un acto de reciprocidad.
Y te aburres de esperar...
quizás estás esperando de las personas equivocadas, porque la adecuada sigue ahí, y nunca fue necesario hacerle ningún reclamo, es más, las veces que sentiste que tenías una queja esa persona con sólo mirarla sabía de que se trataba y lo corregía.
Y en ese momento te encuentras, esperando, pero no aburrida, porque con el contrario del resto, de esa persona siempre:
Lo esperas todo