Estas mujeres

Hay una canción de Silvio Rodríguez que casi toda la cultura popular conoce, es hermosa, una de las favoritas de mi amiga Maxely, una de mis canciones predilectas, se llama “Mujeres”, esa canción me está inspirando para escribir esto. Hace unos días me sentía nostálgica, hoy lo siento de nuevo, pero no con pena sino con orgullo.

Hoy día los amigos de mi hermano me molestaba porque mis relaciones estaban basadas en el chat, me molestaron por unos largos minutos, y aunque las tallas eran buenas y me reí de lo lindo, igual me dolió un poco, mis amigas están lejos, y se que soy fuerte para soportarlo y todo porque el tema no es de vida o muerte, pero el último año se podría decir que fue uno de los peores de mi vida, y estas mujeres que aparecen en las fotos, cada una cargo un poco de mis penas y problemas en ella, y me ayudaron a soportarlo todo. El año pasado cambiaron mis prioridades, me aleje de muchas personas que creía que eran mis amigas, y me acerque más a otras. El resultado: convirtieron cada pena en una sonrisa, literalmente, traté de estar con ellas cada vez que me necesitaron, pero lo que es seguro es que casi todas estuvieron cuando las necesite.

Sinceramente ando mamona. Las extraño y punto, y aunque me carguen las relaciones cibernéticas, por un tiempo será así.

Quiero hacer para ellas un resumen pequeño de mi vida a sus lados: Las conocí a la mayoría hace 13 años cuando entramos a kinder en el Colegio de la Purísima Concepción, otras fueron apareciendo en el transcurso de los años, otras se fueron yendo del colegio, pero no por eso nos fuimos alejando. En tercero medio me cambié de Colegio, conocí a otras niñas, proyecto a mujeres (citando a cierta profesora de Lenguaje que yo adoraba), que me ayudaron a aceptar el cambio y me acompañaron esos dos años.

Anécdotas para recordar:
Las juntas en la casa de la Cho, donde yo tenía mi “cerveza en la sangre”, o cuando fui el “ángel de la guardia” en una de nuestras primeras borracheras, las tardes de piscina en la casa de la Paloma, el cumpleaños de la Makita, el mega evento del cumple de la Paloma y la cara de ebria en las fotos (las que tienen las fotos, compárese las primeras sacadas esa noche, con las últimas), el carrete en mi casa (los acontecimientos en el baño, a una le llega por sobre todo), nuestras conversaciones por chat (cítese a una pronto por favor lo necesito), nuestras noches de baile con el respectivo previo para producirse, la noche del orgasmo (hey, hey, no piense mal señor es un trago), los carretes en la piscina de la Winnie, mi despedida en el universitario, la paloma y la pamela posteando “tay negra”, nuestro días de los apenados, la Marciana salvándome, los almuerzos en mi casa con la Maxely, todas mis largas conversaciones con mi carito V., nuestro año nuevo en la casa de quién diablos será. Cuando estuve mal y me apoyaron, cuando no veía como salir de mis problemas y continuaban ahí acompañándome, cuando por fin pude entender todo y ustedes seguían ahí incondicionales.

Soy afortunada, aunque no estén acá estoy segura que tengo al mejor grupo de amigas del mundo. Por eso la canción de Silvio Rodríguez, citando a Jaime Cullum “A veces cuando anochece lentamente, las recuerdo y empiezo a sonreír, esos son los días que extraño”, con ustedes todo es alegría, todo es una fiesta, y eso me encanta.

Aquí les dejó la canción Mujeres de “Don Rodríguez”, dedicado para esta tropa de lobas, o sarta de yeguas, como más les acomode.

Me estremeció la mujer que empinaba a sus hijos
Hacia la estrella de aquella otra madre mayor
Y como los recogía del polvo teñidos
Para enterrarlos debajo de su corazón

Me estremeció la mujer del poeta, el caudillo
Siempre a la sombra y llenando un espacio vital
Me estremeció la mujer que incendiaba los trillos
De la melena invencible de aquel alemán

Me estremeció la muchacha, hija de aquel feroz continente
Que se marchó de su casa, para otra de toda la gente

Me han estremecido un montón de mujeres
Mujeres de fuego, mujeres de nieve
Pero lo que me ha estremecido
Hasta perder casi el sentido
Lo que a mi más me ha estremecido
Son tus ojitos, mi hija, son tus ojitos divinos

Me estremeció la mujer que parió once hijos
En el tiempo de la harina y un kilo de pan
Y los miró endurecerse mascando carijos
Me estremeció porque era mi abuela además

Me estremecieron mujeres
Que la historia anotó entre laureles
Y otras desconocidas, gigantes
Que no hay libro que las aguante

PD: me autodedico de los Enanitos Verdes “Cada vez que digo Adiós”
PD2: Ojalá hubiera plata, para que me llamaran, aunque sea al departamento, yo no puedo "toy pato", y por lo menos asi podría escucharles las risas aweonadas.